EL CUENTO
EL
RATÓN ENREDADO
En un
bosque muy frondoso, donde había toda clase de árboles, alerces, mañíos,
robles, pataguas, boldos, coihues. Habitaba una familia de ratones, vivían en
un hueco del árbol más grande y viejo del bosque era un árbol de laurel. Este árbol además estaba
adornado con diferentes objetos y lanas
de colores que colgaban en sus ramas.
Un día el
ratón más pequeño de la familia René, se columpiaba en una de las ramas cuando escuchó ruidos extraños que se
acercaban hacia el árbol, René muy
asustado quiso volver al hueco del árbol, pero quedó atrapado en las lanas que
colgaban de las ramas, su madre, le había prohibido columpiarse allí porque decía que cuando se acercaba el
ruido, era el fin para los ratones.
René
chillaba una y otra vez para que lo escucharan, pero nadie acudió a ayudarle,
el ruido ya estaba tan cerca que prefirió quedarse quietecito para que no lo
notaran, cerró los ojos, y se aferró firmemente en la rama, ya no tenía
escapatoria pensó.
De
repente aparecieron ante los ojos de René unos seres que nunca había visto parecían
gigantes, llevaban más lanas y hablaban en una lengua extraña, René estaba muy
asustado, uno de esos seres lo vió y gritó muy fuerte, los demás se acercaron
también al percibir el alarmante grito, René se desmayó, y cuando despertó
pensó que había muerto, pero no, estaba en su árbol y a su lado estaba su madre.
Los seres no le habían matado, no era verdad que eran crueles y no querían a los ratones, por lo que decidió que algún
día viajaría a donde vivían aquellos seres.
Su madre
lo miró con cariño y le dijo que cuando sea grande tal vez podría hacerlo y lo
abrazó.
MICROCUENTO
Los caballos de la
Villa
Cuando
Laura llega del colegio, en su villa encuentra caballos que salen a recibirla,
monta el blanco como siempre, y se baja en la puerta de su casa.
-Gracias
caballo-
_Adiós
Laura, hasta mañana.
Acróstico
N o existe
Algo
Tan hermoso y
Único, como ver las flores silvestres
Radiantes y esplendorosas las
Amapolas, adornan
Los caminos del campo
Enredaderas le tejen una alfombra
mientras
Zorzales
vigilan como guardias
A los bichitos que salen a la luz
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